#el rio de tormes

[elriodetormes]

El jarro de vino que me hecho encima el viejo amo y que me dejo sin dentadura..

No es mi culpa que yo estaba deshidratado y que me dejaba sin nada🤕

[abdel-sektani]

Soy Lazarillo de Tormes en una aldea de salamanca, me llaman Tormes porque naaci en un rio llamado Tormes.

Mi amo el ciego lo conoci y me converti en su lazarillo, y decidio irse a toledo porque habian muchas mas riquezas.

Con el vivimos muchas experiencias, me enseño muchas cosas que aprendi de ciego para poder guiarle con seguridad, y tambien me enseño a pedir limosna con cara tristre , compartiamos la comida que conseguiamos.

Teniamos que atravesar un rio y pase yo primero, detras de mi tenia que ir el ciego, le dije que salte, cuando salto se golpeo la cabeza y se desmallo y despues fui a emprenderme mi propio camino

Blog de clase ¿Quién fue Lazarillo?

En este sitio podéis publicar el diario de Lazarillo que tenemos que realizar para la actividad de la clase.

[teaa4]

Mira entre que todos pasan de mi y que no hago mas que hacer el ridiculo porque estoy loca no quiero volver a salir de mi habitación me voy a vivir al rio tormes con los cangrejos de rio

[dleiva]

Rio Tormes con Salamanca al fondo, Castilla y León, España por domingo leiva Por Flickr: Ni dos ni cuatro, el tres es el número mágico que un elemento de interés debe repetir secuencialmente para que funcione a la perfección en la composición fotográfica. Pero no fue solo el trío de árboles lo que me llamó la atención en la distribución de los elementos en la escena. La catedral de Salamanca se ubicaba cerca de la intersección de los tercios, enmarcada dentro de un arco vegetal, que a su vez realzaba el carácter natural del primer plano, con esos colores semi otoñales, que dominaba el amanecer de aquel día a orillas del Tormes. Esta es una toma única con tres exposiciones combinadas en HDR. Para asegurar la máxima nitidez y una buena profundidad de campo, coloqué la cámara en un trípode, lo que me permitió trabajar con el objetivo moderadamente cerrado (F8), a velocidades lentas y un ISO de 100. Tomé tres exposiciones (una para las sombras, uno para los medios tonos y otro para las luces), porque quería conservar todos los detalles del cielo nublado sin perder la riqueza de matices y color en las sombras. Neither two nor four, three is the magic number that an element of interest must be repeated sequentially to work perfectly in the photographic composition. But it was not only the trio of trees that caught my attention in the distribution of the elements in the scene. The cathedral of Salamanca was located near the intersection of the thirds, framed within a vegetal arch, which in turn enhanced the natural character of the foreground, with those semi-autumnal colors, which dominated the sunrise that day on the banks of the Tormes . This is a single shot with three exposures merged in HDR. To ensure maximum sharpness, and a good depth of field, I placed the camera on a tripod, which allowed me to work with the lens moderately closed (F8), at slow speeds and an ISO of 100. I took three exposures (one for the shadows, one for the midtones and one for the highlights), because I wanted to preserve all the details of the cloudy sky without losing the richness of hues and color in the shadows.

[cassandrahall-span470]

El martes, fuimos a Salamanca y Ávila en autobús.  Salamanca fue un viaje de dos horas en autobús desde Segovia. En Salamanca, nosotros fuimos una gira por la ciudad y vimos la Universidad de Salamanca y la catedral. Fuimos en muchos salones de clases, las salas de conferencias, una sala de celebración, y (mi habitación favorita) la biblioteca. No se nos permitió entrar en la biblioteca, pero, se nos permitió mirar dentro y tomar fotos a través de las ventanas grandes. Me encanto ver todos los libros antiguos y aprender que muchos de ellos eran originales. Yo estaba muy emocionada de ver la Universidad de Salamanca. Mi profesor favorito siempre decía, “Que naturaleza no dar, Salamanca no presta,” cuando un estudiante perdió una pregunta fácil en una prueba. Yo estaba emocionada de ver el Rio de Tormes también, porque en la clase de este profesor, nosotros leemos el libro Lazarillo de Tormes.  

Después de nuestro viaje a Salamanca, nosotros fuimos a Ávila. Ávila esta entra Salamanca y Segovia. Ávila está rodeada por una muralla gigante y se terminó entre el siglo once y el siglo catorce. Nos encantó caminar alrededor de la muralla y explorar la ciudad. Mientras que, en Ávila, un gran grupo de estudiantes y yo probamos yemas (postres españoles hechos de yema de huevo y azúcar). No nos gustaban mucho las yemas. Aparte de las yemas, todos disfrutamos muchos de nuestro corto viaje a Ávila y nuestro largo viaje a Salamanca. 

[nunoxaviermoreira]

Río Tormes. Salamanca. by juanito1948. Nuestro caudaloso Rio Tormes, baña la ciudad de Salamanca. Desde el puente romano, las sensaciones son...especiales. Debéis de sentirlas. Los cantos de las aves, el ruido alegre del agua saltarina...El paisaje...Todo invita a una visita a Salamanca. Our mighty Rio Tormes, bathes the city of Salamanca. From the Roman bridge, the sensations are ... special. You must feel them. The songs of the birds, the happy noise of the jumping water ... The landscape ... Everything invites you to a visit to Salamanca. Notre puissant Rio Tormes baigne la ville de Salamanque. Depuis le pont romain, les sensations sont ... particulières. Vous devez les ressentir. Le chant des oiseaux, le bruit joyeux de l'eau qui saute ... Le paysage ... Tout vous invite à une visite à Salamanque. https://flic.kr/p/2kH2bo3

[justinelao-blog]

Muchas Actividades

Tenemos muchas actividades en España como clase de cocina. Aprendemos cocinar guacamole y torrijas, es muy facil.

Tenemos cata de vino con Dieter. El hace vino. Creo todos los vinos durante la cata de vino son bien pero no me gustan muchos. Tambien tenemos clase de bailar salsa y flamenco. Clase de salsa es facil para mi pero clase de flamenco es muy difícÍl. Bailamos un poco salsa durante nuestra fiesta final.

Tambien caminamos en Salamanca para comer tapas famosas en la ciudad como el champinon con bacon en El Trastero. Todos las tapas en Salamanca es muy bien. Todos las dias, comemos tapas durante nuestra pausa de clase. Mi favorito es patatas con chorizo y churros con chocolate en La charra bar.

Tambien caminamos en el ciudad para ver edificios y lugares importantes. Visitamos el ayuntamiento de Salamanca, es muy bella. Tambien visitamos el universidad de Salamanca, el catedral, el rio tormes, etc. Durante nuestra tiempo libre, visitamos casa lis.

Tambien visitamos otras ciudades como Santiago de Compostela, Avila, Segovia incluso Lisboa en Portugal.

[cuchufletas1978-blog]

Y que río pasa por Ledesma? Pues el Tormes, que no muy lejos de aquí se une al Duero. Un río que nace en Gredos y viaja al norte regando y dando agua a su pase a localidades tan ilustres como Barco de Avila o Salamanca entre otras. Y aunque mi puesta de sol en Ledesma no fué ninguna maravilla, pude disfrutar de estas vistas que para los que amamos lo auténtico, lo natural, lo de verdad vamos, son una verdadera delicia. #sunset #river #rivers #rio #flow #nature #natureshows #riverside #bytheriver #naturelife #outdoors #water #idylic #watershows #zen #naturaleza #travel #viajar #traveladdict #localguide #spain #españa (en Ledesma, Castilla y León, Spain) https://www.instagram.com/p/BzaNo25I0gw/?igshid=qiwqfovrtn37

[dimeloenlacalle]

Otro año mas pasado el #lunesdeaguas2019 dejaron la zona medianamente limpia, aun hay millones de cristales en el cesped que antes no estaban, tenemos que tener conciencia de nuestros actos y respetar la ribera y dejarla tal como la encontramos #riotormes #vegadesalamanca #riberadeltormes (en Rio Tormes, Salamanca) https://www.instagram.com/p/Bw9urycFzGU/?utm_source=ig_tumblr_share&igshid=y17gsh9ru4xq

[mayorsymmetries]

Hogar

Cuando vuelvo a casa, después de pasar la mayoría del año estudiando en la capital, siempre voy en manga corta. No importa que época sea, visto más o menos igual. El viento tropical hace que el clima aquí sea estable, siempre mucho más cálido y agradable que en la inmensa ciudad, así que no es del todo raro. He oído historias de gente en mi familia o de amigos que, tras estudiar fuera, llegaban aquí y, poco importaba que fuera treinta y uno de diciembre, hacían exactamente lo mismo. Que, si hubiera sido socialmente aceptable, cualquiera habría dicho que sucumbirían por completo a ese impulso de minimizar las capas de ropa hasta quedarse en cueros contra el modesto frío invernal. Pero en mi caso ni siquiera era una preferencia. Para el conjunto perfecto, preferiría poder ponerme alguna chaqueta fina, cosa que entre el invierno sin piedad y el verano infernal, nunca puedo hacer allí. De hecho, solía ser mi elección habitual para un invierno en casa. Cuando aún vivía aquí, claro. Pero ya no.

“Vas a coger un resfriado, vamos. Hace muchísimo frío” cuando oigo a cualquiera de mis padres decirlo, rio. Porque esto no es frío. No comparado con lo de allí. Sin embargo, a veces la brisa viene fresca y viva y el ambiente baja a una temperatura que en la ciudad me haría ponerme al menos un jersey. Pero aquí no. Cuando vuelvo nunca parece ser lo correcto.

Y hasta ahora era algo que nunca había entendido.

Todos nacemos en un lugar. A lo largo de nuestra vida, las circunstancias nos mueven y acabamos en otro, cerca o lejos del exacto punto en el que salimos de otro ser y nos convertimos oficialmente en nuestras propias existencias. Pero la mayoría de nosotros tenemos el concepto de “ser de algún sitio”. Ya sea este donde nacimos, donde nos criamos, existe un sentimiento, con el que probablemente hayamos crecido, de unión entre toda la gente de ese lugar. A veces se puede remontar a generaciones. Por ejemplo, puedes no vivir en un pueblo pequeño más que un par de meses en verano, pero si es el pueblo de tu abuelo, si vas periódicamente sin falta, el pueblo puede estar desierto durante el año, pero el sentimiento de que tu y aquellos en situación similar pertenecéis a ese lugar. Tenéis un lugar donde la gente os ha conocido, donde saben quién sois, donde existís y siempre váis a ser bienvenidos.

Sin embargo, el tiempo pasa y la economía fuerza a la gente a alejarse de esos orígenes. Solo hay que mirar a Estados Unidos, el país que más vemos a través de la televisión, realmente un país de emigrantes de todos los puntos de la tierra en el que los nativos no son sino una minoría. Si les preguntas a muchos, la mayoría te responderán que son americanos, muy orgullosos, con tal de que sus familias lleven allí un puñado de generaciones. Muchos ni sabrán de dónde venían sus familias con más detalle que un dato curioso. Han conseguido hacerse un nuevo hogar. Y, sin embargo, esos mismos americanos, que no son de allí, que llegaron a ocupar una tierra que había quedado vacía gracias a masacres de sus habitantes originales, ahora a menudo tienen otra vara de medir con otros que quieren mudarse allí. Incluso si ellos no son diferentes, llegaron antes, así que se creen con el derecho a decidir.

Pienso que, no a cada año, sino a cada segundo; las barreras de los países se difuminan cada vez más. Oigo a mis padres hablar de sentimientos de nación y orgullos sobre una bandera y supongo que entiendo a qué se refieren, pero he visto mucho más ese sentimiento siendo instrumentalizado para el odio de otros, para la exclusión, que para nada bueno. Supongo que lo más cercano que he visto a esa unidad del país de forma positiva son los Juegos Οlímpicos o los mundiales. Y, sí, cuando estás fuera de tu país de origen siempre dices, con mucho cariño: “Soy de España”. Porque es el hogar. Pero, ¿tiene acaso ese hogar común y grande algún peso importante cuando no estás lejos de él? Cuesta darse cuenta, pero cuando mis padres nacieron, lo hicieron bajo la sombra de un Dictador. Incluso si no comparten ese sentimiento, en sus familias había gente de ambos bandos, como en muchas, y los que vivieron, los que pudieron quedarse ahí, fueron los del bando ganador. Obviamente han oído mil veces “su punto de vista” y nunca van a pintar nada de eso como negro absoluto, lo cual no es necesariamente malo. Se puede trazar la línea y decir “vale, esto no estuvo bien, pero esto otro no es necesariamente malo”. Te equivoques o no te equivoques, siempre que no acabes justificando crímenes, creo que hacer un esfuerzo por entender de dónde viene algo es un mejor ejercicio que no querer tocarlo por miedo. No digo que se le dé altavoz o se idealice, pero si no entiendes de dónde viene, no puedes aprender la lección y no caer en ello.

Sin embargo, en todo ese sentimiento de querer ensalzar una nación hogar se acaba dando una importancia absoluta a los símbolos, a lo abstracto y, no es que no tengan fuerza, pero cuando eso importa más que las personas, tienes que andar vigilante. Vivir en un país, en una monarquía que se instauró de la forma en la que lo hizo aquí es vivir constantemente en un avispero. Todo está lleno de contradicciones y espinas listas para que algo estalle. Algunos piensan que es odio al propio país, pero a menudo rechazar esos símbolos que originalmente hablaban de esa sensación de hogar y pertenencia, son amor por el país, querer algo mejor para él. Querer a un hogar no es necesariamente malo. Querer que esté bien, que prospere y que nada falte. Es natural. Y, siempre y cuando no choque con otros países que simplemente existen, sin hacer daño a nadie, no hay problema. Pero siempre está el peligro de que ese orgullo se convierta en comparativo o competitivo. “Yo soy mejor que tú”. Y motivado por eso poco bueno puede salir.

Todos somos humanos e iguales. Sí, está claro que el mundo no es justo, algunos nacemos con más oportunidades. Pero gran cantidad de estas no depende de nosotros. Al capitalismo le gusta mucho hablar del valor del esfuerzo, que ha eliminado las diferencias de nacimiento. Ahora alguien puede hacerse a sí mismo. Y el origen de este cuento, a este iluso deseo, podría seguírsele el rastro hasta antes, mucho antes. Alguien podría verlo en El Lazarillo de Tormes, con ese ansia por medrar, subir y subir hasta llegar a un lugar de comodidad, si bien un deseo que no se acababa, que nunca podía llegar a ser satisfecho. Otro contraparte, que algunos sugieren data en sus primeras versiones del Antiguo Egipto, es el cuento de La Cenicienta. Ese deseo de que alguien recupere lo que se merece, que se pueda casar y conseguir ese sueño de la realeza después de aguantar todos los más sombríos pesares. No decidimos dónde nacemos, pero nuestro hogar marcará, aún hoy, por mucho que haya cambiado todo, nuestras vidas. Por eso casi cualquiera puede sentirse identificado con ese sueño de descubrir ser un elegido de leyenda, un bebé cambiado al nacer con un destino diferente, más grande, esperándole. No siempre encajamos.

Y, aunque el hogar presuma de ser el sitio al que siempre podremos volver, esto puede suponer una gran carga. La gente que se cría en un mismo entorno, cercano, suele tener variación en su rango de personalidades, pero también es más probable que tengan cosas en común. Aspectos que puedan unirles, que definan esa cultura, ese hogar. Y ahí se acaban construyendo igualmente estereotipos. Los estereotipos nacen de una verdad real. Tal vez más estadística que real, de rasgos mayoritarios o, si ni siquiera mayoritarios, distintivos y llamativos, que se refieren a la identidad de un pueblo. Sirven de una forma interna y otra externa. Por un lado, para aquellos que no los conocen, de otros lugares. Para ellos, aquello que es distinto de lo suyo en general puede causar miedo, rechazo. Si no conoces algo no puedes saber que no vaya a suponer un peligro para ti. Así que, rápidamente analizas y te quedas con algunos aspectos generales que sirven como un atajo para juzgar el peligro de esas personas, las posibles alianzas, tus opiniones al respecto. Son una aproximación que se hace para dar respuesta a la infintamente compleja pregunta de “¿qué son? ¿quiénes son?”. Pero también desde dentro del grupo cabe hacerse la pregunta de “¿quiénes somos?”. Para reconocerse como grupo, para encontrarse y entender aquello que les une de forma rápida. Para saber quién pertenece y quién no.

Y de ahí surge también un criterio de exclusión doloroso que puede hacer sentir a algunos extraños durante toda su vida. Yo era hija de alguien de aquí y alguien de allá, así que mi acento nunca fue de ningún sitio. Durante mi vida, para colmo, se me iba pegando la forma de hablar de otros. Nunca me había gustado mucho, cuando me di cuenta de esa volubilidad que había tenido en gestos, tanto en gestos como en carácter, siempre mostré rechazo. No tenía personalidad propia, era una muñeca de otros. Ahora pienso que es bonito que todo lo que te pase te deje marca, que hable el idioma que hable, nunca sueño estrictamente de ningún sitio, unos sonidos los elijo pronunciar así y otros asá, en un collage de todas las veces que los he oído. En una elección que nunca recuerdo haber hecho. Pero entonces siempre te hacía sonar que nunca encajas en ningún sitio. Los de aquí me decían que sonaba como alguien de allí, los de allí, como alguien de aquí. Nadie me reconocía como suya.

Y, para colmo, sumamos el estereotipo. La gente de Canarias vive en un paraíso vacacional todo el año. El aire tropical los hace tranquilos, fiesteros, extrovertidos, sexys, siempre morenos de pasar el día en la playa... Yo crecí siendo una niña socialmente torpe, más tirando a introvertida y callada, más de encerrarse que de salir, pero debajo de una fachada que muchos calificarían de tranquila, un manojo de nervios así que ni lo de tranquila. Pálida como la leche y que bajo el sol se encendía de un rojo peligroso salpicado de pecas, así que puedo contar con los dedos de la mano las veces que recuerdo haber pisado la playa (y dos de ellas sin la intención de mojarme, con mi vista fijada en una pequeña pantallita en un evento de videojuegos). He crecido rodeada de las tradiciones del día de Canarias, he tenido que estudiar los deportes tradicionales, las comidas, la literatura y algo de la historia, pero nada de eso nunca fue conmigo. Mi padre insiste que desciendo de brujas curanderas canarias, que nunca le deseé mal a un hombre que me haya hecho daño y me cuenta historias sobre familia cercana, que pueden ser casualidades, pero que me ponen más los pelos de punta que hacerme sentir poderosa. Porque yo no soy poderosa ni segura ni sensual. Aunque tenga curvas y un cuerpo probablemente heredado de esa rama, no tengo la presencia imponente, la seguridad, nunca lo enseñaría. Parece un error, que nunca fue conmigo.

Sin embargo, soy una niña nacida en los noventa, criada con Pokémon, Harry Potter y muchísimos fenómenos mundiales multitudinales con los que alguien en la otra esquina del mundo se podría identificar más que alguien de mi clase. He crecido en una ciudad, con la vida moderna, mamando de la televisión probablemente más historias americanas, japonesas o inglesas que españolas. Las w.i.t.c.h., Pretty Cure, Cazadores de Sombras, los Teletubbies, Animal Crossing, Las crónicas de Narnia, My Chemical Romance. Todo eso ha influido más en quién soy y mi formación como persona que el lugar en el que vivo. Y tal vez el entorno nos afecta en la medida en la que pasamos tiempo inmerso en él. Por eso yo me siento más hija de esos mundos que no existen, me he encontrado más allí que en otro lugar. Sin duda he pasado más tiempo en Internet que hablando con gente que físicamente está en mi entorno y sentir que conozco mucho más a gente de Nueva Zelanda o Indonesia que a algunos compañeros de clase. Como poco siento un mayor vínculo, una mayor conexión.

De ahí que no vea tanto valor en una bandera, sobre todo cuando se utiliza como pretexto para separarnos, para argumentar que “nosotros tenemos que preocuparnos de nosotros primero”. Porque yo puedo sentir que mi nosotros incluye mucho más a gente de otro país que a algunos de este. No creo que la ruleta de la fortuna que decide quién nace donde pueda seguir sirviendo como criterio a la hora de agruparnos cuando ya la barrera geográfica está completamente derribada (incluso si ha sido intercambiada por una solamente económica). Antes se podía ver algún tipo de excusa porque era ese instinto primitivo de entrada de temer lo desconocido por miedo al daño que pueda hacer. Es algo heredado de nuestros tiempos de las cavernas que se preocupa por nuestra supervivencia, pero que, una vez sepamos, deja de tener lugar. No hay amenaza. Siempre y cuando decidamos una tregua, no agreder al prójimo y vivir en paz no tenemos por qué empaparnos en ese veneno. Porque, realmente, el verdadero significado de nosotros es todos. Toda la humanidad. Y puede que antes fuera demasiado grande para abarcarlo, pero de aquí al futuro tenemos que tenerlo en cuenta, necesitamos avanzar hacia una unión.

Con la accesibilidad de la información se aprende y puedes saber que no hay un “ellos” como grupo que pueda representar un enemigo más que aquellos cuyo objetivo sea hacer daño. Que esos que quedaban descolgados en la cultura tradicional por desconocimiento, puedes saber que son iguales que nosotros. Que en nuestro ADN por probabilidades, en los siglos que hemos vivido puede haber alguien nacido en África, en Asia o en cualquier esquina de Europa y que, de hecho, esto es lo que mantiene la riqueza genética y no nos estanca sino que mejora la especie. Así que decir que cualquier discriminación por motivos racistas o xenófobos es objetivamente hipócrita es quedarse corto, sin necesidad de un solo argumento más. Que la sexualidad y el género son conceptos que hemos construido mucho más allá de un par de hormonas o genitales distintos, que hay una entramada celosía de roles meramente sociales y, como tal, convenciones, que nadie cae en un punto exactamente idéntico al del prójimo, que lo binario no es más que otro estereotipo, una asíntota a la que se tiende, acercándose más o menos pero que nunca se alcanza y que, como tal, somos nosotros como sociedad los que podemos decidir derribar barreras o tabúes. No solo somos como ellos, somos ellos, somos parte de un espectro infinito, de un todo diverso que quiere lo mismo, igualdad, felicidad, paz, recursos para vivir, comer, resguardarse, crecer, protegerse.

La nueva generación es denostada por la precedente a menudo con gran clase de descalificativos por no ajustarse a los cánones previos. Por el aumento en casos reportados de alteraciones en la salud mental que, como bárbaros listos para lanzar a brujas a la hoguera, las generaciones previas han mamado son señas de debilidad y “cuentos chinos”, “excusas para no trabajar”. (Cuando ellos son los primeros que, como todos, han tenido malas experiencias en lo que a la salud mental se refiere que no han sabido gestionar y que han afectado a numerosas de sus relaciones). Muchos proclaman que esto implica el fin de la Cultura, la muerte de los países y el reinado del Pop por encima de todo, algo esperpéntico, por supuesto, ya que la cultura es algo refinado y ahora reina un conocimiento banal, del populacho lo cual el clasismo engranado en sus cabezas determina que ha de ser, naturalmente, inferior. Pero, realmente ¿sería tan malo? No sería precisamente, un gesto de una adaptación a un mundo que cada vez necesita más un pensamiento global para avanzar. Crecimos con historias que nos enseñaron a ser los héroes que salvan mundos en pedazos y ahora mismo el futuro que nos espera parece a punto de derrumbarse y grita, necesitado de nuestros sueños y esperanzas.

Y ayer confinada, después de dos meses en casa, miraba por la ventana admirando un paisaje que me es familiar desde que tengo recuerdo. Balcones, terrazas con ropa colgada ondeando al viento y edificios, cada uno de un color por delante de, a la izquierda una colina de tierra y árboles. A la derecha, el puerto y el mar, azul e inacabable, plagado de barcos. Y, entonces, una bocanada de brisa marina golpeó con fuerza y sin piedad en toda mi cara. La gente piensa que en Tenerife solo hay sol, entonces nadie nunca habla, me di cuenta, de la maravilla que es el frío en esta isla.

Y al notarlo en mi piel pensé cómo no podía compararlo al frío en ningún sitio y cómo golpeaba de una forma totalmente distinta a la que podía hacerlo el viento de Madrid. O el cierzo de Zaragoza. Tampoco era exactamente el viento húmedo de Londres o la variedad más espesa de Edimburgo. Ni siquiera el italiano, ni la tramontana de Gerona. No se parecía al frío constante canadiense ni esa corriente de la montaña de Andorra. Tampoco era el que soplaba en Sierra Nevada, ese aire endémico de Soria o el silencioso o helador aliento del norte de Bilbao. Todos eran distintos, si lo pensaba. Sentaban de una forma un poco diferente, no eran solo fríos, cada uno con su personalidad. Científicamente podrías haber hablado de porcentajes de humedad relativa en el aire, altura y presión atmosférica, temperaturas, sensación geográfica y geografía para explicarlo. Pero creo que no se falta, porque en realidad, si lo piensas lo entiendes, que pueden ser lo mismo pero distintos. Es solo nunca había parecido nada importante así que la mayoría no perdermos un segundo en pensar en ello.

Pero el cuerpo sabe que ese frío te ha criado. Algo en tu piel se acuerda del millón de veces que lo has sentido soplar en tu cara y espabilarte de camino a clase. Y también recuerda que hace, meses, días, que no bebe un gran trago de este con ganas. Y así, porque no parece importante, se convierte en un secreto cómplice, un misterio, el por qué te pide que dejes al aire toda esa piel para que lo puedas sentir envolverte, respirar en él. Mojarte en esa sensación tan familiar y cómoda de la que no te das cuenta y no puedes aspirar, sentir el mar en ti constante a través de ese millón de partículas evaporadas, suspendidas y diminutas, que llegan en el viento y que nadie diría que pueden significar nada. Pero que un hogar virtual no te va a poder dar nunca de esa manera, probando que, todo cabe, si bien de forma distinta o personal. Que el cuerpo y el corazón pueden guardarte secretos y que nada muere, solo evoluciona. Hogares puede haber muchos, cuantos más mejor.

[elriodetormes]

Uno jura de que con la apariencia de una persona dice todo… pero de verdad no dice dos divinos! Mira adentro la casa de mi amo

El amo mío tiene una apariencia de un hombre una buena riqueza y te ilusionas de que vas a vivir bien por fin, pero te encuentras con eso.

[madonaperra]

Río Tormes #buenastardes #diario #madonaperra #diary #jesusalmeida #videooftheday #videography #videographer #videografo #videografia #video #pelicula #igersspain #igerssalamanca #somosinstagramers #paseo #ribera #river #rio #riotormes #salamanca #feliztarde 🐕 Mis fotocollages en el link de mi bio #boekvisual #musica #neilyoung (en La Pachamama Bar-Restaurante)

[osanecif]

Opinião: Coimbra e Salamanca. Cidades gémeas à espera de se encontrarem

Hélder Rodrigues

1. Temos muito para conversar, aprender e ensinar Depois de 6 horas de viagem entrámos por Castela em direcção a Salamanca. Um corte radical enorme! Dum lado o nosso Portugal acidentado, verdejante (embora infelizmente com uma vasta área ardida ultimamente) pontuado por casinhas brancas, pequenas igrejas e capelinhas, a fazer adivinhar um povo simples, pacato e ordeiro. Do outro lado, a austera Castela, quente, plana , deserta, ocre, pontuada por pequenas localidades com igrejas maiores que elas, afiadas a apontar o céu, fazendo adivinhar a religiosidade, o carácter altaneiro e senhorial do povo hispânico. Um contraste geográfico e comportamental que não passa despercebido! Apesar disso existem, naturalmente, muitos aspectos comuns que unem os dois povos irmãos. Temos muito para conversar, aprender e ensinar um ao outro. E relativamente a Coimbra esses aspectos são inúmeros e importantes! Começámos por Castela e este começo viria a revelar-se promissor.

2. Salamanca e Coimbra. Cidades universitárias gémeas Após 120 kms avistámos ao longe a monumental e doirada Salamanca. Com uma das mais antigas Universidades do Mundo (Estudo geral 1218-Universidade 1253 ), Salamanca é sem duvida a cidade universitária gémea de Coimbra, constituindo juntas as duas mais antigas Universidades e cidades universitárias de todo o Mundo ibérico! Muitas outras semelhanças existem. A configuração em colina com o rio aos seus pés. As populações ( 140- 150.000 habitantes). O comprimento dos rios que as banham; O Tormes ( 284 kms), o Mondego ( 252kms).

3. Diferenças notáveis a nível do ordenamento urbano Mas há diferenças notáveis a nível do ordenamento urbano. Estamos sem dúvida perante uma cidade universitária limpa, bonita, arejada onde o antigo combina com o moderno de uma forma notável! A magnífica Plaza Mayor divide a cidade em duas partes distintas; a Sul a parte mais antiga e monumental onde se encontram a Catedral, os Palácios, a sede da Universidade, onde o belíssimo estilo plateresco renascentista marca a paisagem. A Norte, a parte moderna, onde edifícios de boa traça, largas avenidas perpendiculares, o pólo universitário com amplas instalações para ensino, estudo, investigação, actividades desportivas. E tudo, tal como na parte antiga, com a pedra arenisca (não existe betão) sempre presente marcando uma homogeneidade notável da cidade no seu todo.

4. Uma geminação reactivada e moderna entre as duas cidades Ao cair da noite a Plaza Mayor, estava repleta de gente. Salamantinos com turistas de todas as partes do Mundo, bebiam, comiam, conversavam, trocavam experiências. De repente uma tuna de estudantes tocando, cantando, acenando de forma alegre e ruidosa. A festa atingia o rubro! É assim todas as noites! O nosso grupo, de antigos estudantes de Coimbra, no meio da Plaza lançou um imenso e vibrante eferrea por Salamanca e pela sua Universidade. Fez-se silêncio. Salamantinos e estrangeiros perguntam-nos donde somos! De Coimbra, claro, respondemos nós! Já estiveram em Coimbra, gostaram muito! E de repente mandam para o ar, também eles, uma saudação a Coimbra e à sua Universidade. Uma enorme salva de palma atroou por toda a Plaza Mayor! Um momento lindo! Existe, pelo menos no papel, uma geminação entre as duas cidades. Gostaríamos de ver essa geminação activada, revigorada, modernizada. Há tantos grupos culturais nas duas cidades. Era capaz de ser o mais fácil de implementar. Teríamos todos a ganhar com isso!

Opinião: Coimbra e Salamanca. Cidades gémeas à espera de se encontrarem

[tonyb-blog]

Here’s Part 3 of the write up following our recent road trip in Spain and Portugal, if you missed Part 1 you can read it here and if you can read Part 2 of the update here.

After leaving Mirando de Douro we headed out of Portugal into the Province of Salamanca, with the small town of Candelario as our destination – sort of between the Natural Park of Las Batuecas Sierra De Francia and the hills and mountains of the Sierra de Gredos

The approach we had taken on the trip was by and large to look for accommodation the night before and to make a good route by simply keeping where possible to roads that were in the hills, national parks or that seemed to run by rivers and lakes – and all in all the approach worked well.

Our route took us first towards Luelmo, then Ledesma and then down to El Cabaco – the first part of our journey was more on the flat side, the scenery whilst enjoyable wasn’t always stunning, but that all changed when we were close to El Cabaco.

Having said that, the views outside the town of Ledesma were simply fabulous and we stopped by the bridge that crosses the Rio Tormes to marvel at what we saw and to take plenty of pictures – some of which will be among those we have enlarged and printed for display at home, a sample of which are in the gallery below.

Before we got to Candelario we happened upon a town that looked more like an old Tudor town than a place we expected to find in Spain – I think the place was called Alberca, we turned back, parked up and went for a wander – just another of the fabulous places we saw on the trip

It was a steaming hot day as we made our way to Candelario and we stopped a couple of times for refreshments, and even when we were only about 15 miles or so from our destination we still felt the need to stop for cold drinks!

The town we were headed for – Candelario, is about a 1,000 metres above sea level and has a population of around a 1,000 or so – and we had read that some people regarded it as one of the most beautiful towns in Spain – whether it meets that lavish statement I really don’t know as there is so much of Spain I haven’t seen – but make no mistake it really is a wonderful, charming, peaceful and beautiful town.

We stayed at the Hotel La Fuente – and it’s a place that I would have no hesitation in recommending – secure parking for the bike, good quality accommodation, only a few hundred yards from the centre of the small town and a great breakfast as well. On top of that there were a few bars to grab a cold beer and a couple of places to eat – and it was a lovely place to wander around after a day on the bike.

By the time we left Candelario we were getting towards the back end of our trip (and the need for a new rear tyre) which will be covered in the fourth and final part of the ‘two up in spain and portugal’ post

two up in spain and portugal (part 3) … Here's Part 3 of the write up following our recent road trip in Spain and Portugal, if you missed Part 1…

[2009josep]

Hola soy Lázaro de Tormes un niño que nació en tejares, una aldea de salamanca, me pusieron ese nombre debido a que nací en el rio Tormes mi padre era molinero y lo metieron preso por esa razón nos fuimos a la ciudad de salamanca.

Blog de clase ¿Quién fue Lazarillo?

En este sitio podéis publicar el diario de Lazarillo que tenemos que realizar para la actividad de la clase.

[elriodetormes]

El pan que se esta comiendo los ratones🙄